miércoles, 20 de octubre de 2010

Como decíamos ayer...

Éxtasis de Sta. Teresa, de Bernini
Con esta frase, Fray Luis de León retomaba sus clases en la universidad de Salamanca después de haber sido condenado a unos años en la cárcel por el Santo Oficio. Su delito: traducir a “lenguaje vulgar” el libro bíblico del Cantar de los Cantares, que si en hebreo pasaba más o menos inadvertido, en la lengua del pueblo resultaba incendiario. Ni la santa Santa Teresa de Jesús pudo resistirse, años después, al éxtasis que le producían sus versos.

   Seis siglos más tarde, muchos valientes, y otros por obligación, hacen cola en el Inem y los catedráticos de la teología predican desde sus despachos el advenimiento de una nueva religión: el Mercado y su reino todopoderoso. Lógicamente, no están por la labor de traducir a “lenguaje vulgar” los Presupuestos, la reforma laboral ni la reforma de las pensiones, Cantares de los Pesares que, como virus, eliminan la memoria de nuestro disco duro desde un simple USB.

   Nuestros representantes en la tierra, que podrían hacer una traducción más o menos coherente, no están por la labor. Pero para que no les tilden de blandos, anuncian manifestaciones y una iniciativa legislativa popular, sin ira, políticamente correcta en son de bienvenida a los recién llegados. El problema es que el Cantar de los Pesares sigue en hebreo, o arameo que para el caso…, y sólo lo entienden unos pocos monjes priores de la nueva Religión. Menos mal que existen otros dioses paganos y omniscientes.