viernes, 17 de septiembre de 2010

En la hora bruja

“Reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de habitantes del planeta cuyos ingresos sean inferiores a un dólar por día y el de las personas que padezcan hambre; igualmente, para esa misma fecha, reducir a la mitad el porcentaje de personas que carezcan de acceso a agua potable o que no puedan costearlo”. Este es uno de los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas para paliar los devastadores efectos de los acuerdos de Bretton Woods, por los que se crearon el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que, como es sabido, han sido dos grandes impulsores del libre cambio que tanto ha dinamizado a las economías más dinamizadas ya de por sí.

   Debe ser el día... Hoy es tercera hora bruja del año, es decir, el tercer viernes de septiembre hay más volatilidad y extraños movimientos en la Bolsa y los inversores están de los nervios. En esta hora bruja, como inversora en un valor a la baja y con escasos rendimientos, la esperanza, me turban el milenio y sus objetivos, sobre todo el modo de conseguirlos cuando son los pobres de espíritu los encargados de acabar con los pobres de solemnidad. Y más aún cuando Sarko, aplicado alumno del libre mercado y del savoir faire internacional, ya ha empezado en sus lares. Me inquieta aún más si visualizo sus medidas arriesgadas en otras tierras sin liberté, igualité y fraternité.

   Sarko ya tiene casi listo su nuevo aparato de propaganda de altos vuelos. Se trata del Air Sarko One, un Airbus A330 adaptado con dormitorio, despacho, sala de reuniones, capacidad para 60 pasajeros y una autonomía de 12.000 kilómetros, que le permitirá llegar sin repostar hasta, por ejemplo, las inmediaciones de Pekín. El ministerio de Defensa francés se ha apresurado a desmentir que el avión vaya a disponer de horno para pizzas (sic), seguramente para acallar las malas lenguas.