miércoles, 22 de septiembre de 2010

En la cueva de Alí Babá

Ayer, Rodríguez Zapatero aprovechó su estancia en Nueva York para adentrarse en la cueva de Alí Babá y, de paso, mitigar también nuestra pobreza. El presidente se reunió con la jauría de directivos de los principales bancos y fondos de inversión que provocó la chispa de este incendio incontrolado y que, posteriormente, atacó a conciencia la deuda española durante la primavera.

Zapatero, ayer en el WSJ
(Foto: Joe Fornabaio-WSJ)
   De paso, y de perdidos al río debió pensar el jefe de protocolo gubenamental, también se dejó entrevistar en la sede del Wall Street Journal, uno de los más influyentes diarios a nivel internacional y también de los más conservadores, que ha encauzado ríos de tinta azuzando la política económica de este Gobierno "socialista", como si de un nuevo Kremlim resucitado se tratara.

   Echar un vistazo a los comentarios de la entrevista en su edición digital es todo un ejercicio de humildad que contrasta con las declaraciones del presidente. Las opiniones, estilísticamente diversas, no difieren en el fondo: algunos exigen el suministro de lo que fuma o bebe nuestro presidente y otros rechazan sus tesis por político, socialista, europeo y español. "Por qué nadie le dice al emperador que va desnudo", se lamenta otro contertulio virtual, al tiempo que otro lo compara con Mr. Bean o a España con la conocida escena de la sala de juntas de El Sentido de la Vida (Monty Python). Estos americanos han superado su aura de ingenuidad y nada se creen ya. Incluso alguno arremete contra el diario por hacerse eco de esas mentiras. Qué ingratos, con lo que consumimos aquí su Coca-cola...

   Espero que George Soros, el gran especulador orgulloso de serlo con quien también se entrevistó ayer, esté hoy lo suficientemente ocupado y no lea los comentarios y, sobre todo, que no siga su máxima de “encuentra una tendencia cuya premisa sea falsa, y apuesta tu dinero contra ella”.