lunes, 12 de julio de 2010

Cruzando el Kalahari

Sólo una reflexión, que el calor aprieta y también ahoga, pero llevo ya un par de días dando vueltas a una duda en silencio y ya estoy mareada, no sé si por una cosa o por la otra... ¿Sabían quienes eligieron el día de la manifestación contra la sentencia del Tribunal Constitucional que al día siguiente cabía la posibilidad de que España jugara la final del Mundial de fútbol? Si no lo sabían y eligieron una fecha sin tener en cuenta el contexto social e informativo que les circunda, no me atraen en absoluto por su estrechez de miras, embelesados en su propio ombligo.
Si, por el contrario, habían previsto esa posibilidad, ¿pensaban hacer un tour de force a una final del Mundial del fútbol en la que jugara España? Tampoco me sirven entonces, si no conocen a los ciudadanos a los que pretenden dirigir y gobernar.
Sea como sea, las voces de más de un millón de personas (eso de 56.000 no es un cálculo, sino una tomadura de pelo para quien tenga ojos) quedaron diluidas y derretidas pocas horas después, ya con los previos del Mundial. Una pena, porque mira que debe costar aglutinar y sacar a la calle tantas inquietudes en una tórrida tarde de sábado... Hasta ahora, sólo se ha conseguido a base de grandes desgracias (el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA, la gran mentira popular del 11-M y la sentencia del Tribunal Constitucional). Una gran desgracia también que este último clamor se queme bajo el sol del Kalahari, allá en Sudáfrica...