¿No tenemos ojos los ciudadanos? ¿No tenemos manos, órganos, dimensiones, sentidos, afectos, pasiones? ¿No comemos lo mismo? ¿No nos afecta la subida de los precios? ¿No nos hieren las mismas armas, no sufrimos las mismas dolencias y nos curan los mismos remedios? ¿No nos afecta el IVA? ¿No hemos reducido beneficios también nosotros con la recesión? ¿No sufrimos en invierno y en verano el mismo frío y el mismo calor que los banqueros y los altos funcionarios?
Si conseguimos un empleo, ¿no trabajamos duro? Y si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos lleváis al límite, ¿no nos extenuamos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no reímos? Si nos subís los intereses de los créditos o nos negáis los préstamos, ¿no nos ahogamos? Si nos mentís, ¿no os creemos? Si nos envenenáis, ¿no perecemos?
Y si nos ofendéis, acaso no vamos a vengarnos? Si en todo lo demás somos iguales, también en eso lo seremos.
(Versión libre y adaptada a los tiempos de El Mercader de Venecia. William Shakespeare)
65 y coleando
Hace 4 años