Los móviles, engendros salidos directamente del infierno, ya indispensables como casi todo made in hell, ofrecen cada día más prestaciones, ahora también contributivas por desempleo.
El último ejemplo ha sido el de una empresa portuguesa que ha despedido vía SMS a sus 18 empleadas. El presidente de Ururuay, Fernando Lugo, marcó tendencia a principios del año pasado con uno de sus consejeros y ha seguido hasta ahora con otros altos funcionarios. Es lo que tiene la tecnología, que democratiza las malas formas. Gracias, precisamente, a esa democratización, cualquier departamento de Recursos Humanos puede apuntarse a las ventajas del directo, aunque sea para enviar miserias en bandeja, pero de entrada.
65 y coleando
Hace 4 años