Zapatero, ayer en el WSJ (Foto: Joe Fornabaio-WSJ) |
Echar un vistazo a los comentarios de la entrevista en su edición digital es todo un ejercicio de humildad que contrasta con las declaraciones del presidente. Las opiniones, estilísticamente diversas, no difieren en el fondo: algunos exigen el suministro de lo que fuma o bebe nuestro presidente y otros rechazan sus tesis por político, socialista, europeo y español. "Por qué nadie le dice al emperador que va desnudo", se lamenta otro contertulio virtual, al tiempo que otro lo compara con Mr. Bean o a España con la conocida escena de la sala de juntas de El Sentido de la Vida (Monty Python). Estos americanos han superado su aura de ingenuidad y nada se creen ya. Incluso alguno arremete contra el diario por hacerse eco de esas mentiras. Qué ingratos, con lo que consumimos aquí su Coca-cola...
Espero que George Soros, el gran especulador orgulloso de serlo con quien también se entrevistó ayer, esté hoy lo suficientemente ocupado y no lea los comentarios y, sobre todo, que no siga su máxima de “encuentra una tendencia cuya premisa sea falsa, y apuesta tu dinero contra ella”.